Actores políticos y politiqueros. Por: Iván Barbosa. (La Vega-Cundinamarca).
Imagen tomada de: https://www.quadratin.com.mx/opinion/politica-y-politiqueria-lucero-pacheco-martinez-33/
El próximo 29 de octubre será el tercer momento electoral por el cambio hacia un país en paz y justicia social. La contienda empezó con las elecciones de Senado y Cámara, donde los colombianos logramos desplazar a las bancadas tradicionales y con el Pacto Histórico nos consolidamos como la mayor fuerza representativa en el congreso. Al poco tiempo, en las presidenciales, nos dimos el gusto de ganar en primera y segunda vuelta, a mi parecer, porque la mayoría de personas en verdad queríamos un cambio en la política de esta nación. Ahora, de frente a la elección de consejos, alcaldías y gobernaciones, el tablero está puesto y la “partida” ya empezó.
El partido de gobierno ha querido fortalecerse en las regiones, convocando a las gentes de los territorios para que se unan, se reúnan, se organicen, se empoderen y participen en las decisiones que construyen el país, a fin de cuentas, democracia significa que el poder es de la gente. Sin embargo, siendo un partido joven y en construcción, los “mismos de siempre”, están aprovechándose de sus posiciones de poder económico, social y político, para instalarse en el partido y ser ellos quienes tomen las decisiones al interior de este para poner a sus “fichas” en los puestos de poder y decisión como han hechos siempre.
Resulta que, de un día para el otro, algunos políticos, sospechosamente, se volvieron progresistas, con sentido social, preocupados por el bienestar de los menos favorecidos, prestos a traer ayudas a los más vulnerables y de regalar un ladrillito aquí y un pollito allá, con el fin de conseguir los votos que los consoliden en el poder. Ya sabemos lo que pasa luego, ganan las elecciones y no los volvemos a ver.
Los poderes locales, vienen siendo los mayores focos de “malas prácticas” políticas y donde la injerencia de los poderosos es más efectiva, por decir lo menos. Es claro que los colombianos estamos aburridos de que los politiqueros nos traten como tontos y nos cuenten como ganado, votos que pongo aquí o allí, a mi antojo, para quedarme un carguito en la gobernación para mi sobrino, ganar un contratico millonario o que me dejen construir un negocito en lugares que deberían ser protegidos. Así es como nos usan como el abono para sus propios fines.
Desde ya, los politiqueros están haciendo de las suyas. En estos momentos se están haciendo “jugaditas”, negociaciones, alianzas con padrinos políticos que sueltan una platica aquí y aprietan a un contradictor allá. Ya se han dicho mentiras y difamado personas, hubo ataques, ofensas, muestras de poder, promesas de ayuda a los más pobres y hasta policía. Se compraron los discursos junto con la lechona, ambos con mucho arroz y poca carne, que acompañados de cervecita hacen más fáciles de tragar las promesas de un futuro promisorio, de puentes donde no hay ríos, de carreteras donde no hay gente y soluciones infalibles a problemas que alguien les sopla al oído.
La tarea es no dejarnos engañar, reconocer al politiquero, recibirle el pollo, el ladrillo o lo que esté dando, pero no darle un solo voto a cambio, porque “el que paga para llegar, llega para robar” y no podemos dejar que nos roben más. La tarea es unirnos, los campesinos, los trabajadores, los estudiantes, las familias, el pueblo entero y empoderarnos de la política, activar nuestra ciudadanía, ser actores políticos que participan directamente y le hacen seguimiento constante a las decisiones que afectan a nuestro pueblo, nuestro departamento y nuestra nación. Solo así dejamos de ser un voto en las cuentas alegres de un politiquero, porque como dijo Jaime Garzón “los servidores públicos están para servirle al público”, no al revés.
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