Día de la mujer, nada que celebrar en la Colombia Humana. Por: Carolina Gavilán. (San Francisco-Cundinamarca)
Denunciar
la corrupción molesta a los corruptos, pero molesta aún más cuando los
pronunciamientos provienen de una mujer; eso lo he aprendido al interior de mi Partido.
Así,
por ejemplo, en un intento por evidenciar la violencia que ejerció en mi contra
un personaje que, inicialmente, posaba de progresista, terminé comprobando que
este practicaba con dolo una doble militancia. Después de ello, descubrí que dicho
señor tenía alianzas soterradas con otros militantes de todo Cundinamarca para permitir
el ingreso al Partido -sin talanqueras o tapujos- de personas que hasta hacía
poco pertenecían al liberalismo y/o Cambio Radical. Fue notable su nivel de
sincronía y coordinación siniestra para moverse a lo largo y ancho del
departamento y lograr pactos con la politiquería tradicional. Sin embargo, lo
peor y más decepcionante de todo, fue advertir que todas estas marrullerías y
tráfico de influencias las hacen con la complacencia del Secretario General de
Colombia Humana, en quien encuentran el engranaje perfecto para avanzar en sus
apetitosos intereses.
Se
trata de una danza de componendas, leguleyadas y manipulaciones ante las cuales
no sólo yo, sino muchas otras mujeres que se han atrevido a visibilizarlas, hemos
sido sometidas a las más hostiles humillaciones. Desde militantes de a pie
hasta los más altos mandos han tenido al menos algún adjetivo peyorativo para
referirse a nosotras. El material probatorio abunda, aquí solo les estoy
narrando una pequeña parte.
En cualquier caso, no importa si la denuncia es por violencia política, por doble militancia o por alteración de actas y suplantación de cargos, como es el caso que he venido denunciando, todas merecemos ser escuchadas en igualdad de condiciones y nuestras demandas deben ser tomadas en serio e investigadas como corresponde. Pero, cuando decidí narrar estos casos ante las directivas del Partido, solo recibí desavenencias. Una vez que salí de la sede de Colombia Humana después de hablar con el señor Hincapié, me quedó completamente claro que, pese a su nombre, Colombia no es Humana y que no se propende por la justicia ni por la equidad. En definitiva, en este Partido no se escucha a las poblaciones históricamente excluidas. Solo se escucharán las voces de mujeres que se ajusten a las "normas", que no cuestionen, mejor dicho, a las mujeres obedientes.
Para muchas mujeres militantes de Colombia Humana en todo el territorio nacional -y en mi caso en particular, con varias amenazas a cuestas- es posible afirmar, con un sin número de pruebas, que no existen garantías para ejercer de manera libre el derecho a hacer política.
Karito: Esta denuncia tuya se da por todo el país y nos alerta sobre la existencia mayoritaria del neoliberalismo en su desesperación por seguir en el poder realizando sus fechorías de siempre y no se paran en mientes para lograrlo. Debemos blindarnos contra esas practicas. En tu diario nacimiento y batallar diario , tu corazón noble es vencido y vencedor del infortunio y es tan poderosa tus ganas de vivir la vida y que se haga justicia que hasta la entropía final se reconcilia y te hará una larga espera.
ResponderBorrarEres el connubio de dos sangres agredidas que se buscan y refunden sus orígenes; caminas en la sombra blanca y desnuda de rencores y un rayo lunar besa tus pasos de madre caminante y solariega y eternamente incomprendida.
Estás construida de impalpables silencios, de aguas hondas y letales, de espumas y de sed por ser bebidas. Eres arena desértica en tu pasado lejano y certeza exitosa en tu futuro inmediato.
Al igual que la tierra, eres infinita extensión de amor libertario, de mujer orgulloso y digna dotada de un tricerebro preñado de sueños grandes y deseos imposibles, de pecho musculoso y henchido de nostalgias, de corazón coraza arado y arañado por la maledicencia humana. Vamos palante imparables haciendo lo que sabemos hacer...