El vuelo de la Gavilán. Por: Eric Barbosa. (La Vega-Cundinamarca)
Pasó un buen tiempito desde que escribí un artículo en Hilos de Fique. No fue desatención, pues el semanario siempre lo he tenido presente y lo considero como un proyecto importante para la gente de Cundinamarca. Dicho sea de paso, extiendo la invitación para que sigan escribiendo y haciendo crecer la identidad de la región.
El caso: en los últimos días he estado atento a las
candidaturas para las elecciones locales que se avecinan en octubre. Para ser
honesto, esta campaña me ha parecido algo enrarecida. A cinco meses de las
justas, todavía siento que no hay candidatos claros. Para el caso de la Gobernación
de Cundinamarca, por ejemplo, existen muchos runrunes y se barajan nombres,
pero nada fijo. Es como si el cambio de Gobierno nacional hubiera impulsado a
las élites de siempre a cambiar sus discursos, incluir metas del progresismo,
pero también a buscar estrategias para seguir conservando los privilegios y las
mafias. Y eso lleva tiempo.
Sin embargo, pese a las perplejidades, surgió una
candidatura para la Asamblea departamental que llamó mi atención y que por
supuesto apoyo. Se trata de una persona que, inclusive, ha publicado para Hilos
de Fique. Johana Carolina Gavilán es médica veterinaria de la Universidad
Nacional de Colombia y ha realizado interesantes actividades cívicas a favor de
la protección animal y el medio ambiente, (entre otras cosas). Su formación
profesional la ha llevado a conocer de primera mano las necesidades agrarias y
campesinas de la región.
Carolina se encuentra radicada en San Francisco y allí
ha protestado en contra del avance irresponsable de la minería de cantera, que
hoy amenaza las fuentes hídricas de la provincia del Gualivá. Ella ha planteado
temas de los que nadie quiere hablar en la zona y los ha hecho visibles en
esferas nacionales. En efecto, el fin de semana pasado coincidimos en el Congreso
Minero que convocó la Presidencia de la República en la propia Universidad
Nacional y allí la vi hablando con distintos senadores y representantes sobre
la problemática hídrica que se le vine pierna arriba al Gualivá.
Carolina habló cara a cara con líderes nacionales y
les hizo saber que existimos personas en la tierra caliente de Cundinamarca.
Les recordó que el departamento no solo está compuesto de las provincias de la
sabana y que hay poblaciones en el centro del país que se encuentran
desatendidas y marginalizadas. En esas charlas hubo algo diferente, un cambio
cualitativo frente a la lambonería usual de la politiquería, que ahora está
representada en politiqueros que se dicen que no son políticos, pero que no se
pierden esos eventos en busca de algo de mermelada.
En fin. Lo de Carolina Gavilán me parece trabajo genuino,
una vocación de servicio que la ha llevado a enfrentar con ahínco las injusticias.
De hecho, su rectitud y honestidad le han granjeado serios problemas con la
Colombia Humana del departamento, pues denunció con pruebas al paracaidismo y el
oportunismo de los chanchulleros que ahora resultaron progresistas, aunque sin estar
dispuestos cambiar sus prácticas mañosas y las formas de mandato autoritarias.
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