¡La historia es el presente! Por: César Augusto Ayala Diago. (Profesor titular-D. de Historia-Universidad Nacional de Colombia)
¡Ni se cómo plantear la cosa! No se trata
de una disertación sobre la necesidad de una historia del presente que ya ha
ganado bastante espacio. Tampoco diría del uso del pasado por el presente, ni
de la necesidad de saber el presente para conocer mejor el pasado. Pienso más
bien que lo que conocemos como historia es el presente mismo, el
acontecimiento, la conciencia de estar viviendo en un acontecimiento que
marcará la pauta para el inicio de la historiografía, que es lo que comúnmente
la gente conoce con el nombre de Historia. En realidad, lo que se estudia en
las carreras de historia es historiografía.
Pillar un acontecimiento histórico por
excelencia en la cotidianidad de la vida no siempre resulta fácil. Sólo hombres
de conciencia, ideólogos implicados en la lucha diaria para trazar el futuro
tienen la facultad, el privilegio de sentirse en el acontecimiento histórico,
de vivirlo. Si el acontecimiento se da
en el presente, la historia sería el presente mismo y no el pasado. Aquellos
que necesitan el presente más que el pasado para la elaboración de doctrinas
ideológicas están siempre prestos a la valoración del acontecimiento. Es el
caso concreto de la fabricación del marxismo.
Se trató, en este caso no de la utilización del pasado para el presente,
para comprenderlo como por lo menos se dice, sino para el futuro mismo. No
porque los marxistas no hayan acudido al pasado para sus propósitos
ideológicos. Me interesa la manera como concibieron el presente como historia,
en caliente: La revolución de 1848 y la comuna de Paris de 1871, para colocar
tan solo dos ejemplos: Actores e intérpretes a la vez.
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