La ruta del sol, una historia de fracasos. Por: Alvaro Enciso Prieto (Nocaima, Cundinamarca)
LA RUTA DEL SOL, UNA HISTORIA DE FRACASOS
En febrero de 1824, JOHN POTTER HAMILTON (VIAJES POR EL INTERIOR DE LAS PROVINICIAS DE COLOMBIA. JOHN POTTER HAMILTON. BIBLIOTECA V CENTENARIO. COLCULTURA.VIAJEROS POR COLOMBIA. 1993), súbdito británico nombrado en el año de 1823 como primer comisario de Inglaterra y enviado ese mismo año a Bogotá capital del recientemente creado Estado de Colombia, esto escribió: “Dormimos en una casa que había construido recientemente el coronel Acosta. Había diversas cajas llenas de azadones, zapapicos, etc., que habían llegado de Cartagena, pues se proyectaba una nueva carretera a través de la enorme propiedad del coronel, desde ese lugar hasta Guaduas…a un día de distancia de Honda sobre la carretera a Bogotá. Aquí también debía de edificarse una nueva bodega u oficina de aduana para las mercancías que iban a Bogotá, y si el proyecto de la nueva carretera se llevaba a cabo; (sic) al terminarse, se economizarían dos días de navegación por el Magdalena y se acortaría así la distancia a Bogotá. El viaje por tierra también se reduciría desde este lugar y se evitaría la pendiente (subrayado fuera de texto) de las montañas. Esta nueva vía de comunicación debía quedar terminada al cabo de diez meses, pero sospecho que transcurrirían dos o tres años antes de darse al servicio público”. pp. 78-79
Cincuenta y nueve años después, ERNEST RÖTHLISBERGER, un joven suizo de 22 años contratado por el gobierno de Colombia como catedrático de filosofía e historia de la Universidad Nacional de Colombia, llegó a Honda en su camino a Bogotá en enero 8 de 1882, y en las siguientes líneas hace referencia a esa parte del recorrido (EL DORADO. ERNEST RÖTHLISBERGER. BIBLIOTECA V CENTENARIO. COLCULTURA.VIAJEROS POR COLOMBIA. 1993):
“La línea directa ente (sic) Honda y la capital tiene 95 Km de longitud, pero el camino a recorrer es 135 Km, cabalgando necesitaríamos, pues, tres días” pp.64
“…Y entonces se entera uno también con sorpresa y hasta con cierta indignación, de que hace ya treinta años un ingeniero francés, un tal Poncet, trazó una carretera desde el Magdalena (bastante más abajo de Honda y de los saltos) hasta Villeta, vía que tampoco hubiera tenido grandes subidas, de manera que la pendiente habría comprendido sólo el trayecto de Villeta a Bogotá. Pero, ¿de qué sirven los mejores planes cuando han de enfrentarse con la rutina, con las costumbres viejas y con la falta de dinero y tiempo a causa de tantas revoluciones? ¿Cuándo el camino Poncet, en el cual trabaja de nuevo actualmente una empresa particular, podrá ser abierto realmente al tráfico? No obstante, en 1886 fue “inaugurado” (sic) el camino. Pero como entretanto se las habían arreglado con el nuevo ferrocarril de La Dorada, cerca a Honda, se continuó haciendo el recorrido por carretera de Honda a Bogotá. El camino Poncet está prácticamente abandonado y parece, por ahora, no tener porvenir algún”. pp.70
No tengo conocimiento de la fecha exacta en la que se terminó de construir la antigua carretera Puerto Salgar-Dindal-Guaduas, “el mentado camino Poncet”, con el trazado casi similar al conocemos hoy como tramo uno de la ruta del sol, pero durante varios años por diversos motivos tuve que usarla, y la verdad, aunque en invierno se convertía en un calvario de barro, y en verano una nube de polvo, no importaba que muchas veces gastara hasta tres horas en el recorrido, siempre me pareció atractiva por su trazado y panorámica.
Los cálculos del coronel John Potter Hamilton, en medio de su incredulidad eran bastante optimistas, su construcción tardó 60 veces más años de lo que él estimó, gracias a los factores que en su momento Ernest Röthlisberger, fortaleciendo el pronóstico de Hamilton, hace mención en sus interrogantes.
Hacía el año 2007, cuando leía esos testimonios históricos, se vivían momentos de optimismo, toda vez que, en medio del desastre vial nacional, se vislumbraba el fin de la antigua vía Guaduas-Honda, que como otras sucumbieron a las fuerzas de la naturaleza, que no respetan la improvisación, la mala fe, la ineficiencia, y otros tantos factores que Ernest Röthlisberger no imaginó, porque quizás creía en los renovadores aires que soplaban por la república del Olimpo Liberal.
Las buenas nuevas que alimentaban el entusiasmo regional y nacional por el macro proyecto de la Ruta del Sol, habían superado ya una nueva frustración en el año 1997 cuando recién se daba vía libre al proyecto y el concesionario conformado por 12 empresas no construyó ni un solo kilómetro de vía, pero si entabló una millonaria demanda a la nación.
Pero no bien se reactiva el proyecto para la construcción de la fase dos, en el año 2009, adjudicado a tres concesionarios, estalla el escándalo de Odebrecht, que hoy tiene en el ojo del huracán jurídico a una “gente de bien”.
Pero más mal que bien, o a trancas y a mochas, como decían los viejos, se medio construyen los sectores uno y dos, y ya en el 2020 comienza a evidenciarse el deterioro del primero de ellos, sí, ese el que era (¿era?) la trocha trazada por el ingeniero Poncet, entre Puerto Salgar y Guaduas.
Y para completar el sino trágico, una parte fundamental del sector uno, el tramo entre Villeta y Guaduas, vergonzoso ejemplo de una vía del siglo veinte trancando el desarrollo del siglo veintiuno, no cuenta con los recursos para obras como los viaductos y túneles, tan cacareados por los gobiernos de turno.
Las deliciosas crónicas de viaje de hace 177 y 119 años, escritas por esos visionarios extranjeros, como lamento premonitorio, se tornan agrias cuando se repasa la triste y frustrante historia moderna de esta vía.
Nota: Los lectores curiosos en el siguiente enlace pueden ver además un revelador documento denominando “Informe de una Comisión”, de la Asamblea Legislativa con fecha 31 de octubre de 1884, en el que entre otras cosas se hace referencia al ingeniero Antoine Poncet y al proyecto que menciona Ernest Röthlisberger, pero que sobre todo nos muestra el germen de los conflictos entre los intereses públicos y privados en las obras viales:
http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/93174/brblaa1148604.pdf
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